martes, 29 de abril de 2008

Carta breve al Pecador: Sugerencias.

Ser errante. Tu tiempo no es mas mi tiempo. Ni tu espacio es más el mío.
Nuestros caminos jamás volverán a cruzarse, salvo que tu sombra se extienda hacia los confines del existir, donde la vida se extingue y nace la nueva -cosa que dudo-.
Ahora que estás leyendo este epitafio, nada será igual. Vida nueva para ti, transición y desengaño.
No tienes que arrepentirte, solo déjanos en paz.
Jamás podrás olvidar. 

No podrás luchar contra lo inevitable -tu muerte-, lo inherente a tu ser, tal como lo supiste desde el primer instante de tu existencia.
Guarda tu vitalidad para aquellos que aún tienen una oportunidad.
Atesora tus secretos y envíalos a donde jamás los sepamos, a las abisales profundidades de tu conciencia.
Solo tu dolor y sufrimiento alimentan este hermoso jardín, haciendo que florezcan las losas de piedra, las coronas marchitas y el olvido.
Recuerda que aquí te esperamos... que ansiosamente aguardamos tu llegada.
Querido mortal... aquí yacemos los deshauciados y los muertos, dispuestos a cargar con tus pecados.
PD: Te puedes quedar con tus errores. Solo a para tí han de servir. Los recordarás todos -uno por uno-, y tu eterna agonía será no poder hacer nada por repararlos.